Estaba decepcionada de otras veces...
Demasiada crítica, demasiado arte social, demasiado dolor, horror y tristeza.
pero este año Estampa se mostró mucho más agradable, más pequeño, más amigable y familiar... y derrochaba árboles y aire por los pasillos...
estampa me ha ilusionado, no todo el arte contemporáneo es fruto de un mercado perverso...
o es que el mercado ya no es tan perverso, quien sabe...
Yo me vuelvo a casa con los ojos repletos y el alma encendida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario