jueves, 26 de marzo de 2009

La sombra

Nuestra sombra habla por nosotros,

y dice,

nada más y nada menos,

que no somos transparentes..


Max Ernst y Joseph Cornell se daban besos a oscuras con un ave de juguete en la esquina de una sala sinuosa antes de pensar si tirarse por esa barandilla no mecánica, mientras en el otro palacio, un Monet casi cegato jugaba a esconderse del sol...



(sobre la exposición no tengo más comentarios...)

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